lunes, febrero 07, 2005

Descubriendote, descubriendome

La noche fria de la calurosa primavera de tus ojos, me explicaba sin ningun enojo,
que el amarte era poco arte y que al besarte vida eterna habrias de darme.
El color misterioso de tu mirada, suspiraba un aliento venevolo
que alcanza la faz terrenal con solo un beso.
El toque suave y enganador de tus manos,
cubria mi cuerpo sano paseandose por el
y descubriendo todo mi ser.