lunes, julio 18, 2005

Fantasia

El mundo inevitable de la verdad soñadora de un cuerpo inalcanzable,
El espirito del genio llora por que el espacio de la soledad es eterno.
Cuando la manta de malicia arropa las personas invadidas
por el demonio cauteloso del chillido curioso.
La caricia se esconde buscando refugio bajo el primer capullo,
de solemne belleza y fuerte firmeza.
Luego es encontrada y destruida por otros personajes fantasiosos
del cuarto de lo eterno.

Un Amor Envenenado

Por un tiempo determinado de soledad,
la vaga inexistencia de un ser inanimado
rompio mi corazon envenenado.
Corria por la colina de la columna de su belleza,
pero caia desolada en un precipiop de demencia.
No respiraba, no amaba, no caminaba, no nada.
Era inservible e insuperable el querer ganarle,
a un amor indomable,
y el tiempo y el espacio se hicieron enemigo de lo inesperado.
Hombrecillos esperaban por el alma enamorada,
pero la pura calma de la inocencia,
destruia la mirada cruel de los soldados de corazon,
que batallaban sin armas.
El sueño de unos dedos al querer acariciar,
destruido por espinas que salian de aquel cuerpo angelical.
La creciente cadena de despecho y orgullo,
que rompia los moldes de donde salia el amor puro,
se apodero de los seres sin augurio que morian de sed,
por querer algo impuro.